sábado, 10 de octubre de 2009

Abrazos

Toda la gente a la que quiero está lejos de mi, y me pregunto si los abracé lo suficiente. En tanto que los extranjeros sólo te dan la mano (cuanto más lejos mejor), echo de menos los besos y los abrazos que me suelo dar a diario con mis padres, mi hermana y mis amigos.

Ello hace que, inevitablemente, uno mire alrededor para comprobar si está abrazando suficiente a quienes le rodean y le importan. Y comprende que hay mucho abrazo vano y mucho besuqueo en el aire, pero que nos falta acercar el pecho, una de esas transmisiones de afecto que el otro metaboliza, que acompañan. Supongo que estamos en una época en que el contacto físico sentido, no el de las palmadas en los hombros ni las formalidades, acobarda.

jueves, 8 de octubre de 2009

Lady Godiva



Lady Godiva fue una dama, famosa por su belleza y su bondad casada con Leofric (968–1057), conde de Chester y de Mercia y señor de Coventry. Su nombre anglosajón Godgifu ó Godgyfu quiere decir gift of God («regalo de Dios»).

La leyenda cuenta que cuando la ambición se apoderó de su esposo, ella le pidió que rebajara sus impuestos. El conde accedió, pero con la condición de que Lady Godiva recorriese Coventry a caballo, sin más vestidura que su largos cabellos. La dama así lo hizo, no sin antes acordar con sus vecinos que estos se encerrarían en sus casa para no perturbarla en su desnudez. El día elegido Lady Godiva se paseó desnuda por el pueblo, montada en su caballo, mientras todo los vecinos de Coventry permanecían en sus casas encerrados y con las ventanas cerradas.

La leyenda, que según los historiadores puede estar basada en una historia real —al menos parcialmente—, finaliza aclarando que Leofric, conmovido por el gesto de su esposa, cumplió su promesa y rebajó los impuestos.


Todos los ciudadanos, menos un sastre, se encerraron en sus casas. Es a este sastre al que la tradición inglesa llama Peeping Tom (es decir, «El mirón Tom») pues no pudo resistir ver a su señora desnuda a través de un agujero en la persiana, por lo que se quedó ciego. Además, la expresión pasó a designar en el idioma inglés a quien en castellano se llama mirón y en francés voyeur.